El barnizado puede ser una tarea desalentadora y muchas cosas pueden salir mal durante su realización. Este artículo describe consejos y trucos útiles para el barnizado que he aprendido a lo largo de mi formación en conservación de pinturas. Al compartirlos, espero ayudar a algunos artistas a evitar contratiempos e incluso animarles a probar métodos de aplicación alternativos que pueden producir algunas sutiles diferencias de brillo.
BARNIZADO – ¿SÍ O NO?
En resumen, el barnizado es sobre todo una decisión estética. La pintura y barniz iguala el brillo, satura los colores y determina el brillo final de una pintura. También protege la capa de pintura del polvo, la contaminación atmosférica, la abrasión durante la limpieza de la superficie y, si el barniz contiene estabilizadores de la luz ultravioleta, protege de los cambios de color inducidos por la luz. Algunas pinturas se benefician del barniz, mientras que otras se ven afectadas negativamente. Los cuadros que pierden son los que dependen de las diferencias de matiz y la interacción de los distintos brillos que un barniz podría quitar.
Antes de optar por el barniz hay que tener claras las siguientes preguntas
CONSEJOS PARA LA PREPARACIÓN MENTAL
CALENDARIO
Reservar un tiempo amplio para la empresa puede ayudar a calmar los nervios. Cuando utilizo barnices con disolventes, siempre me gusta salir de la habitación después de barnizar, aunque tenga buena ventilación. Así que me aseguro de no tener nada más que hacer en la habitación después de barnizar. Hay que barnizar al menos dos semanas antes de que el cuadro sea manipulado o enviado.
OPCIONES DE BARNIZADO
GOLDEN ofrece dos tipos diferentes de barniz en tres brillos distintos: Brillante, Satinado y Mate. El primer tipo es el barniz MSA con base de disolvente, junto con su versión en aerosol, el barniz de archivo, y el otro es nuestro barniz de polímero con base de agua. Todos los barnices contienen UVLS (estabilizadores de la luz ultravioleta), que ayudan a proteger contra la decoloración debida a la exposición a los rayos UV. Por regla general, los óleos y las acuarelas deben barnizarse con MSA o con el barniz Archival, mientras que los acrílicos suelen ser compatibles con cualquiera de los tres.
La textura también influye. Las pinturas con mucho impasto o texturas rugosas, como el gel de piedra pómez, deben barnizarse con spray, ya sea con el barniz Archival en aerosol o con el barniz MSA o de polímero diluido y aplicado con pistola. Todos los barnices GOLDEN son removibles para su conservación. Para las pinturas acrílicas, se recomienda una capa de aislamiento. Se trata de una película acrílica transparente que actúa como barrera permanente entre la capa de pintura y el barniz, protegiendo las pinturas o los pigmentos durante el proceso de eliminación del barniz.
Las capas de aislamiento también pueden igualar las diferencias de absorción de las capas de fondo y de pintura. De este modo, una capa de aislamiento crea un brillo más uniforme en la capa de barniz posterior, independientemente de que el barniz tenga un acabado brillante, satinado o mate.
PRUEBA DE SENSIBILIDAD AL DISOLVENTE
Es importante establecer si la pintura es sensible al disolvente en el que se disuelve el barniz. En el caso del barniz polimérico sería el agua, mientras que en el caso del MSA sería nuestro disolvente MSA, que es una forma de alcohol mineral de alta concentración. Para realizar la prueba, humedezca la punta de un bastoncillo de algodón (Q-tip®), o una tira de papel de seda doblada, con agua destilada o limpia del grifo, o con disolvente MSA, dependiendo del barniz que vaya a utilizar. A continuación, páselo suavemente por los distintos colores del cuadro, probando primero a lo largo del borde.
Compruebe si el hisopo de algodón o el pañuelo de papel levantan pigmento. Si no se ha eliminado ningún pigmento, las pinturas no son sensibles y se puede proceder al barnizado. Si sólo se ha eliminado la pintura tras un contacto prolongado con el disolvente, debería ser posible tanto la aplicación con brocha como con pistola. De lo contrario, la pulverización podría ser la única opción. Si la pintura resulta ser muy sensible, podría producirse algún levantamiento de pigmento o, en casos extremos, incluso el emborronamiento de la pintura al aplicar el barniz con la brocha.